¿Sabes? Me ha gustado lo que hemos descubierto en esta cuarentena. ¿Viste que sí eras capaz de cocinar? Y cuando hemos llorado has sentido cómo se aliviana un poco la existencia y se apacigua el miedo.
¿Estás ahí? Soy yo. Siniestra, diestra. Dulce, suave, estruendosa, enojona. Te acompaño, me apagas, me dejas hablar, hablo cuando me da la gana. A veces me sientes en el pecho y me encanta provocarte vacíos en el estómago, pero estoy en tu cabeza, hablándote, hablándonos.
No sé si es un soliloquio o una conversación, ¿qué crees tú? Yo digo que es un poco de ambas porque ¿no me consultas cada paso?, ¿no te pregunto yo los míos? Te consuelo, te aliento y cuando estoy de malas pulgas trato de morderme la lengua porque no quiero hacerte daño con mis palabras. Nos reímos juntos cuando vamos en el Metro y la gente te mira como miraría a un loco.
Y cuando besamos a la persona que nos gusta tocamos el cielo. Porque no dejamos de ser uno solo, un ser que respira, come, sufre, tiene sexo, ríe, salta, extraña y corre del baño a la cama a mil kilómetros por hora para que no lo agarre el espanto de las tres de la mañana.
¿Sabes? Me ha gustado lo que hemos descubierto en esta cuarentena. ¿Viste que sí eras capaz de cocinar? Y cuando hemos llorado has sentido cómo se aliviana un poco la existencia y se apacigua el miedo. Esa conversación pendiente con tus amigos fue hermosa, a pesar de las fallas técnicas, y me alegra que estemos pensando en cómo ser mejor ciudadano, hijo o amigo cuando salgamos de esta.
Has abrazado a la distancia y celebrado más cumpleaños que de costumbre. Ahora eres experto en parqués virtual y sí que me he reído viéndote (nos) grabando TIK TOKS después de criticar tanto a tus contactos. Pero ya te lo he dicho, se vale cambiar de opinión y contradecirse.
En el silencio de la cuarentena, irrumpido por el canto de los pájaros y los ladridos de los perros que salen a pasear, me he ganado mucho más mi lugar. Escucharme y escucharte, en medio de la incertidumbre, me ha permitido conocerte mejor: saber que sigues siendo el mismo niño con el que hablé por primera vez, que tu esencia sigue ahí a pesar de lo vivido.
Ahora me abres micrófono para pensar en el futuro y yo, en agradecimiento, te vaticino que todo será mejor, mucho mejor. Créeme, soy tu voz interior.
¿Qué es la voz interior?
Para Catalina Durango, magíster en Psicología, la voz interior tiene varias formas, pero en múltiples ocasiones la olvidamos o evitamos porque hay descubrimientos que nos resultan tan fascinantes como aterradores.
«Pero las circunstancias exteriores actuales se transforman e inciden de tal manera en nosotros que nos movilizan a volver al interior, a visualizarnos en profundidad y, probablemente, a tomar decisiones respecto a nuestro futuro. En realidad, esta voz siempre está presente en cada uno como la consciencia, y es el elemento mediador entre las demandas de la sociedad y las necesidades de cada individuo», explica.
Añade que esto nos permite ver el mundo atravesado por las concepciones morales: una construcción individual producto de la crianza que se conoce como el superyo. Ante esto, Catalina anota que el inconsciente también afecta nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, aunque no resulte tan sencillo descifrarlo.
«Por ejemplo, podría considerarse igualmente complejo pensar excesivamente sobre las emociones en lugar de sentirlas, así como poner un énfasis emocional en demasía a los acontecimientos, al punto de no poder controlarlos. Ahí se vuelve fundamental el fortalecimiento del diálogo interno certero, es decir, la introspección, que se entiende como la capacidad para desarrollar una comprensión profunda de pensamientos y emociones, asumida con responsabilidad y capacidad de decisión frente a los hallazgos personales», dice.
Por último, indica, es necesario recordar que como seres sociales la voz interior y la reflexión individual no se deben desligar de la empatía frente a los otros, en otras palabras, la comprensión enmarcada dentro de unos límites.
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En soledad… se vale cambiar de opinión y contradecirse.
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¿Qué te ha dicho tu voz interior durante la soledad de la cuarentena?
Revisado por Ojo de lupa editores.