“¡Urabá Muncariruma!”. Sonaron a una voz los pregones de los zanqueros y mimos del Barrio Obrero. Era lengua emberá chamí. Otros traducían: “¡Me encantas, Urabá!”. Celebraban los treinta años de Apartadó.
Era noviembre de 1998. Eran los artistas nacientes que María Victoria “Vicky” Suaza empezaba a formar. Eran los talentos que estaban guardados en un grupo de jóvenes tocados de alguna forma por la violencia de los 90, una nueva generación que miró distinto desde el arte y cambió el mundo en una cuadra de barrio.
Fue su primer proyecto. Acababa de graduarse como artista pedagoga en Medellín y había llegado al barrio Diana Cardona de Apartadó, donde vivía su familia. “Llegué con lo único que sabía hacer: arte. Al ver la realidad del entorno empecé a pensar en Camaleón como un proyecto de escuela desde mi propio barrio, en el corazón de la comuna 1.
A partir de ese momento ha sido una época de siembra, de entender el teatro, la danza, los títeres y las expresiones artísticas como herramientas para formar mejores seres humanos”, cuenta Vicky, quien también es socióloga. Se sumaron más jóvenes y más artistas voluntarios. “Había cerca una casa abandonada que se llamaba ‘La escuelita’.
Entonces la abrimos, sacamos el polvo y nos empezamos a congregar allá. Comenzaron a llegar niños de Policarpa, el Obrero, Diana Cardona… Comenzamos a alfabetizarlos y a devolverles la sonrisa a partir de los títeres, y eso los motivó a regresar a la escuela”, agrega.
(Lee también: El relato de un emigrante del café).
Sin recursos, pero con fe en las personas, entre todos, ladrillo a ladrillo, los habitantes de las comunas 1 y 2 se movilizaron para construir, junto a Vicky, el primer teatro comunitario de Apartadó, una obra que ratifica que el arte y la cultura deben ser patrimonio de un territorio. Este espacio cuenta hoy con el apoyo del Instituto de Cultura y es sala concertada del Ministerio de Cultura.
Camaleón ha llegado hasta San José de Apartadó. Han recorrido veredas, fincas, colegios y empresas. Han llenado de orgullo a los hijos de los trabajadores bananeros al dignificar la labor en el campo.
“Hemos marcado una ruta entre el Urabá de ayer y el de hoy. Entendimos que no hay que ir a buscar el talento a otra parte porque es en el territorio donde se pueden encontrar calidad, aliados estratégicos y buenas empresas culturales. Este debe ser el llamado a recuperar la sensibilidad humana y por ello nuestra apuesta sigue siendo la transformación social mediante procesos comunitarios, en una tierra que, en medio de la dificultad, da lecciones de diversidad y resiliencia al mundo”, dice Vicky.
Se cumplen dos décadas en las que los títeres, los personajes de teatro y de zancos de Camaleón han visto convertirse en economistas, gestores culturales, administradores de empresas o microbiólogos a los niños y jóvenes que estuvieron detrás del telón y de las funciones. Muchos de ellos retornan a seguir trabajando por su comunidad. Son felices.
En Antioquia, el 2,91% de las mujeres matriculadas en el ciclo de educación básica desertan por causas asociadas al género como la maternidad a temprana edad.
Ir al Servicio de Empleo de Comfama en el edificio de la Cámara de Comercio de Urabá, en Apartadó. Allí encontrarás asesoría en procesos de formación y capacitación para empleo, autoempleo y emprendimiento.
Fuente: Ministerio de Educación Nacional. Encuesta Nacional de Deserción Escolar 2010.