La gratitud tiene el poder de transformar nuestro cerebro. Cuando se practica modifica su estructura molecular y crea un estado mental más positivo y feliz.
Así lo indican las investigaciones del Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en las cuales se les asignaron tareas distintas a tres grupos de participantes al azar y se les pidió que llevaran un diario semanal.
En dicho registro, al grupo 1 se le solicitó describir las cosas por las que sentían agradecimiento, al segundo las cosas que les fastidiaban y al tercero, simplemente, realizar un seguimiento de los eventos.
Los resultados, tras 10 semanas, demostraron que el grupo 1 se sentía un 25% mejor que los demás; asimismo, sus integrantes presentaron menos problemas de salud y un mayor rendimiento en sus actividades cotidianas.
Este estudio permitió concluir que el cultivo de la gratitud es una habilidad que se puede entrenar, por eso te invitamos a que lo hagas con los siguientes ejercicios.
5 formas de practicar la gratitud
1. Cada mañana toma una decisión: ¿a qué o a quién quieres agradecer en ese día? Ahora, enfócate en esa persona, cosa o situación y siente ese calorcito por dentro que no es más que el sentimiento de gratitud.
2. Ahora, vámonos para la noche. Anota en un diario, en tu apuntador de notas del celular o en un tablero, esas cosas por las que quieres agradecer del día. Será reconfortante para terminar la jornada e irse a dormir.
3. Hazle saber a esa persona por la que sientes gratitud cuánto ha influido en tu vida bien sea por su compañía, amistad, amor o consejos. Ejercita tu mano y escríbele una carta o, por qué no, mándale una nota por WhatsApp o Facebook. ¡No te quedes callado!
4. ¿Qué te gusta de ti? Es, también, algo que debemos reflexionar, así que súmales las siguientes preguntas: ¿Qué has hecho bien recientemente?, ¿para qué eres bueno?, ¿qué lograste tolerar o superar últimamente?
5. ¡Mira por la ventana o sal a caminar y date cuenta cuán grande es el mundo! Hay mucho por agradecer: la compañía de los vecinos, los compañeros de la oficina, el colegio o la universidad, las cosas bonitas de la ciudad y las maravillas de la naturaleza. ¡Somos muy afortunados! Que los pequeños detalles no pasen desapercibidos.