A sus 19 años, Valeria trasnocha e invierte su tiempo libre en estudiar y trabajar. La recompensa es formar parte de los cinco jóvenes elegidos por el Fondo Sumanti para laborar en una de esas empresas que confían en el talento joven.
Valeria Granada está en cuarto semestre de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Antioquia y hace cinco meses trabaja como desarrolladora junior en Evertec, una pasarela internacional de pagos.
Antes, durante los primeros tres semestres de su carrera, solo debía concentrarse en estudiar. Ahora divide sus días entre clases, reuniones y una rutina exigente, la misma de un empleado adulto. Reconoce que, a veces, se siente agobiada y se pregunta si será capaz de sostener el ritmo, ese que lejos está de la vida relajada de algunos de sus compañeros, porque ella decidió invertir todo su tiempo en estudiar y trabajar para, desde ya, tener mejores oportunidades en el futuro.
La oportunidad de trabajar en Evertec la descubrió a través del Fondo Sumanti, una iniciativa entre Protección, Ruta N, SURA AM y Comfama que brinda créditos educativos para cursos relacionados con la Cuarta Revolución Industrial.
A Valeria, el proceso para ingresar a la empresa le tomó nueve meses. La convocatoria consistió en desarrollar retos mientras recibía formación virtual. Con dedicación superó cada etapa e integró el grupo de cinco personas elegidas según el desempeño para ocupar las vacantes. Además, Evertec pagó el crédito que Valeria obtuvo para realizar algunos cursos durante el proceso formativo.
Se trata de su primera experiencia laboral con los retos propios de enfrentar lo desconocido a cada instante, jornadas agitadas y un tránsito forzado a la virtualidad, que, aunque según ella «le ha dado duro», ya dejó de ser algo extraño para convertirse en una rutina apasionante.
En esta historia, el Fondo Sumanti fue la plataforma para conectar el talento de Valeria con una empresa, de hecho, asegura que tiene familiares y conocidos que, graduados de sus carreras, no tienen un empleo por falta de experiencia. Ella sin terminar su pregrado ya acumula horas de trabajo que más adelante le permitirán aspirar a un mejor empleo.
La confianza es la clave de su proceso. Las empresas confían en el talento de los jóvenes, mientras los jóvenes confían en las posibilidades que reciben al esforzarse para demostrar sus habilidades, explorar nuevas áreas del conocimiento y convertirse, antes de tiempo, en practicantes y luego en empleados.
Dijo alguna vez el escritor, poeta y filósofo estadounidense Henry David Thoureau: «Ve con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado».
***
Podemos confiar… en que la juventud no es obstáculo para obtener oportunidades de trabajo en una gran empresa.
***