Nueva vida para viejos tenis |

Para David Estrada los tenis cuentan historias. Por más dañados o sucios que estén, cree que pueden tener una segunda o tercera vida para usarlos de nuevo. Este relato nos muestra que es posible que, de un objeto que parece obsoleto salga una nueva pieza única y sostenible con el planeta.

Los tenis de David están completamente limpios. El taller donde trabaja huele a cuero y café. Allí tiene cientos de suelas, telas, retazos y hormas para futuros nuevos tenis que él y su equipo transformarán en los próximos días. Sus clientes abundan: personas que quieren reutilizar la suela de sus tenis y crear un par de zapatos únicos.

David, es fundador de Sneaker (Re)maker. A cada cliente le pide una foto con el par de tenis que quiere transformar para hacer magia con una suela en buen estado y unos retazos. Esta parte del zapato se demora décadas en descomponerse y por eso es importante, para él y quienes le piden unos nuevos zapatos, reutilizarla, para consumir de forma más consciente y sostenible. Este publicista es un gomoso de los tenis, cada que le llega alguno lo cuida, transforma y ‘mima’, como a los suyos.

Pese a su amor por el calzado, David empezó su vida como emprendedor gracias a las naranjas. Nada más lejos de su realidad actual. A los 20 años, justo antes de ir a la universidad a estudiar Administración de negocios, su padre dejó de darle dinero para gastos personales y, a cambio, le dispuso unos árboles de naranjas de la finca familiar para que rebuscara su dinero con ellos.

Decidió que no solo vendería naranjas, quería que tuvieran un valor agregado y creó una bebida energizante. Se vendía, pero muy poco. Lo intentó durante seis años y finalmente decidió no invertir más.

Lo que tampoco prosperó fue estudiar Administración, las matemáticas no eran lo suyo. Su segunda opción fue publicidad donde sí conectó con otras posibilidades: el mercadeo, las redes sociales y el descubrimiento de su capacidad creativa.

Cuando se graduó como publicista, la presión externa acerca de su futuro incrementaba. Esa presión del entorno lo hacía cuestionarse sobre cuál sería su paso a seguir, dónde trabajaría, a qué dedicaría su futuro. Con la llegada de la pandemia, las posibilidades de hallar algo conectado con sus sueños eran pocas.

Un día, recibió unos zapatos nuevos que compró por internet. En un momento de descuido le cayó protector solar a sus tenis nuevos y este dejó una mancha que no lograba sacar con nada. No quería usarlos así, tampoco se desharía de ellos sin haberlos estrenado siquiera.

«Me rehusé a deshacerme de ellos. Estaban nuevos y seguro había una forma de salvarlos. Pensé en desarmarlo, busqué cómo, tomé cuchillo y destornillador», cuenta. Sin tener idea de diseñar o fabricar zapatos boceteó cómo los quería. Recordó que una tía tuvo una empresa de zapatos para bebés y le pidió el contacto de uno de los zapateros que trabajó con ella para que se los ensamblara.

«Con ayuda de un zapatero que cortó y cosió, salvé los tenis que diseñé para mí. A los pocos días de haberlo publicado en Instagram esa foto se volvió viral y cada vez eran más las personas, que no conocía, que me encargaban personalizar los suyos».

Su cuarto se vio inundado de retazos, su mamá ya no permitía que entrara una suela más y el trabajo ya no daba abasto. En diciembre del 2020 ya tenía encargados cuarenta pares. Invitó entonces a Edwin y Obdulio, zapateros que conoció gracias a su tía, para trabajar con él en un taller cerca a su casa.

Con ellos empezó a materializar la idea de reutilizar zapatos usados y darles otra oportunidad. «Cuando trabajo siento que no estoy trabajando, esto a mí me gusta. Además, ayudamos al planeta y reutilizamos la suela que tardará muchos años en degradarse».

Sneaker Remaker lleva dos años dándole una segunda vida a más de 500 pares de tenis. Con su trabajo, aprendió que muchas veces, lo que consumimos no debe ser lo más económico y que una manera de consumir consciente es reutilizar para preservar el medio ambiente.

«Cuando trabajo siento que no estoy trabajando, esto a mí me gusta. Además, ayudamos al planeta y reutilizamos la suela que tardará muchos años en degradarse».
David estrada

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