En Colombia existen, aproximadamente, 8.5 millones de víctimas del conflicto armado. Esta es la historia de una mujer que diario lucha por la búsqueda de la verdad y la construcción de paz.
El paso de la violencia en Colombia dejó huellas profundas y, también, un camino lleno de enseñanzas. Una de ellas es comprender que la paz es el resultado de las acciones individuales en la sociedad y que para encontrarla debemos – entre muchas otras cosas– «decirnos la verdad».
En esa búsqueda de la verdad las mujeres afro, indígenas, víctimas, rurales, artistas, excombatientes, lesbianas, heterosexuales, madres, hijas tienen un tienen un papel protagónico.
Mujeres como Lucía Victoria González, comisionada y gestora de paz en la Comisión de la Verdad, arte y territorio, un escenario que le permite desplegar sus aprendizajes de mujer líder y enfrentar los temores propios del propósito que eligió para su vida.
Heredó de su madre y de sus tres hermanas ese compromiso con las mujeres y con la paz. También, en su paso por el colegio comprendió que, como ella misma dice: “ayudar al otro tiene una gratificación muy especial e irremplazable”.
Años más adelante el tiempo y la vida le demostraron que en el arte y la cultura habitaban las herramientas para combatir el conflicto. Esa experiencia la llevó a integrar la Comisión de la verdad, arte y territorio, tras una postulación de las organizaciones de la sociedad civil de Medellín.
A su labor como gestora de paz llegaron el dolor y el miedo, también las dudas: ¿Cómo avanzar en un país en donde los años de violencia provocaron valores y prácticas de exclusión a quienes piensen distinto a los que ostentan el poder?, ¿es seguro para una mujer emprender este camino?
Ante esas inquietudes Lucía tomó una decisión: seguir porque es consciente de la importancia de la verdad para las mujeres víctimas del conflicto: «quienes vivimos en la comodidad que nos ha dado las oportunidades que hemos tenido tenemos esa tarea urgente, inaplazable, indelegable», dice.
Esto incluye encontrar la verdad que se halla en los responsables: grupos paramilitares, fuerza pública y guerrillas como las FARC, el ELN y el EPL. Un camino difícil pero necesario para responderles a 8.553.416 víctimas del conflicto registradas por el Grupo de Trabajo de Género de la Comisión de la Verdad, consultado el 19 de noviembre de 2020. La mitad de esas víctimas son mujeres.
«Todos los días miles de mujeres se levantan a hacer posible la vida, desde el trabajo del hogar hasta el de la oficina, teniendo presente que su existencia está estrechamente vinculada a la posibilidad de vida de los otros y de la vida en comunidad», dice Lucía.
La lucha que lidera Lucía es una lucha de todas y de todos. Es la oportunidad de continuar con la construcción de un presente y futuro más amorosos y justos.
“Quiero decirles a las mujeres y en especial a las mamás del país, que tenemos una tarea muy importante y es construir el reconocimiento y valoración a la diferencia y la equidad. Y eso se construye desde los primeros momentos de la educación”, concluye.
«A todas las mujeres que luchan por garantizar la vida en las condiciones más difíciles, en medio del conflicto y la pobreza, les debemos la paz. También a sus hijos y a sus comunidades».
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Liderazgo femenino es… la oportunidad de continuar con la construcción de un presente y futuro más amorosos y justos.
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