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0 En Santa Rosa de Osos, una asociación de mujeres artesanas demuestra que el trabajo conjunto hacia un propósito común es la clave para construir un oasis de solidaridad femenina.
Lucy Palacio fundó una asociación de mujeres artesanas en Santa Rosa de Osos, se trata de una líder reconocida en ese municipio del Norte de Antioquia. Ella recuerda que el proyecto surgió como un costurero, pero la constancia y pasión por aprender permitieron que evolucionara en lo que ahora es una escuela de empoderamiento y liderazgo.
Una de sus integrantes, Olga Quintero, camina dos horas desde la vereda en donde vive hasta la cabecera del municipio para encontrarse con sus 19 compañeras de la asociación. Para ella es casi un ritual reunirse, tejer, cocinar, aprender y crear artesanías. Según Olga compartir con sus compañeras le sana el alma, la hace sentir acogida y valiosa. De hecho, en el momento más difícil de su vida, cuando su hijo murió en un accidente y su motivación desvanecía, sus compañeras la abrazaron y entre conversaciones y manualidades le ayudaron a
recuperar la esperanza.
Esa misma magia, la del amor, la percibe Leonor Molina, integrante de la asociación hace seis años. Poner en práctica sus conocimientos para bordar le ayudó a descubrir talentos que la enorgullecen, como enseñar y convencer a sus compañeras de que son capaces de
aprender y aplicar sus habilidades en actividades que les permitan producir recursos adicionales para la economía
del hogar.
La asociación, frecuentemente, enfrenta retos, uno de ellos es encontrar apoyo institucional para implementar sus proyectos. Son situaciones complejas, en las que se abren dos caminos: desfallecer o encontrar la manera de salir adelante. Estas mujeres siempre optan por seguir, por eso en cualquier momento del año hacen natilla y la venden a sus vecinos. También tejen zapatos, bolsos y accesorios por encargo, así logran financiarse.
Hoy trabajan en un proyecto que las emociona, se trata de rescatar los saberes culinarios que heredaron de sus madres y abuelas, como la preparación de lácteos, sopas, empanadas y postres. Por eso construyen un recetario que venderán junto a las artesanías que elaboran. También, a mediano plazo, planean abrir una tienda para ofrecer sus productos a propios y turistas.
Con empeño, liderazgo compartido y trabajo orientado hacia un propósito común, la Asociación de Mujeres Artesanas Santarrosanas, además de sobrevivir durante más de siete años y de ser un escenario de aprendizaje, se convirtió en un oasis de solidaridad femenina.
