Las conversaciones a veces terminan con más preguntas que respuestas. Eso le sucedió a Luisa y le permitió gestar a Venecia, la de Antioquia, un emprendimiento de turismo que da propósito a su vida.
Luisa Barrera es veneciana, le encanta reír y desde los cinco años decidió que le gustaba aprender, no fue buena con los números, pero sí con la geografía y el español, también tenía habilidades para escuchar a las personas y una vocación de servicio heredada.
Se graduó del colegio y comenzó su vida laboral. Trabajó en una panadería, en una papelería e hizo aseo en fincas. Luego de varios oficios decidió estudiar, inició producción ganadera en el SENA, su falta de habilidad con los números le impidió completar el proceso.
Dos años después decidió estudiar de nuevo mediante una convocatoria de la Alcaldía de Venecia y el SENA, así ingresó al programa de guianza turística. En su mente sentía que esa carrera iba a hacerla pasear y viajar por el mundo.
Luego descubrió que su carrera implicaba una responsabilidad, también una curiosidad insaciable acerca de botánica y geografía. Su práctica laboral fue en Zipaquirá, allí conoció gente de todo el mundo, ese impacto con otras formas de pensar, costumbres y paisajes hizo que se enamorara de la profesión.
Regresó a Venecia convencida de que lo mejor estaba por venir, la práctica le permitió detectar posibilidades del turismo para ella y su pueblo. Sin embargo, no consiguió empleo como guía, por eso ejerció otros oficios, entre ellos ser mesera en un café.
Un día Rubén, un amigo que también es guía, le propuso un trabajo con un grupo grande de personas para subir a Cerro Tusa, ella era la única que había estudiado guianza. Aceptó la idea e hizo relucir su talento, recibió reconocimientos por su capacidad para conversar y narrar. Nació una alianza con Rubén, él tenía la experiencia y ella los conocimientos técnicos.
En octubre de 2020, al café donde trabajaba llegó un empleado de Comfama, responsable de la agencia de viajes de la empresa, le pidió un tinto, le puso conversa y terminó ofreciéndole empleo. Ella no sabía, pero era reconocida por su trabajo en Cerro Tusa.
De la charla surgió una pregunta ¿quieres ser guía de Comfama o proveedora? Luisa no dimensionaba la situación, pero ese día tomó una decisión clave: se hizo empresaria, surgió su emprendimiento: Venecia, la de Antioquia.
Luisa tiene como propósito que los venecianos amen su tierra y digan «en Venecia se puede trabajar y vivir bien, no es necesario irse para Medellín». Ella lo logró, aprovechar las oportunidades, estudiar y trabajar en oficios diferentes a lo que la apasionaba la llevaron a cambiar el rumbo, a ser empresaria y a contar con otras siete personas que comparten su visión.
Querido lector cuando escuche de Venecia, recuerde que también existe “la de Antioquia”.
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