Existen empresas que además de generar riqueza, llenan de belleza la vida de las sociedades en las que actúan.
Sura
Cuando una empresa trabaja por un propósito y no solo por los números puede darse el gusto de transformar el mundo con acciones bellas de las que emanan reflexiones, suspiros y conversaciones que crean nuevos relatos que se funden con la realidad.
Sura es una entidad que nació con el fin de vender pólizas de seguro. Con los años evolucionó con el propósito de generarles bienestar y un desarrollo sostenible a las personas.
Esa visión amplia del mundo les permitió, hace dos años, darle el sí a la propuesta que recibieron de contribuir activamente a la conservación del Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete en el Amazonas colombiano.
Se trata de un lugar lleno de vida, un ecosistema compuesto por una serie de mesetas que albergan a cientos de especies de fauna y flora únicas en el mundo. También, en sus paredes, en forma de pictogramas, viven 20 mil años de nuestra historia.
La estrategia consistió en apoyar la producción de un libro escrito por el antropólogo Carlos Castaño Uribe, se trata de una investigación que reúne los resultados de expediciones realizadas durante 30 años. Además, los recursos que resulten de las ventas del libro se depositan en un fondo destinado exclusivamente al cuidado y protección del parque.
Todo ese trabajo, además de generar recursos y conocimiento, fue clave para que la Unesco declarara a Chiribiquete como Patrimonio mixto de la Humanidad, por su riqueza natural y cultural.
Ejemplos como el de Sura evidencian que existen personas que en vez de apostarle al dominio y a la crítica, se la juegan por transformar la realidad mediante historias y mitos para reverenciar nuestra ancestralidad y belleza. Hoy ese manto protector que tiende una empresa sobre un tesoro que es de todos, también es una oleada de inspiración que demuestra que las organizaciones deben y pueden bañar al mundo de belleza porque ¿de qué servirían las ventas, los nuevos productos y los resultados extraordinarios, si no es para hacer aún más hermoso este universo?
Taller de Hierbas
Una caída en el precio del dólar hizo que Victoria Botero y su esposo, Carlos Robledo, cerraran su cultivo de aromáticas en El Retiro, Antioquia. Sin embargo, cuando la pasión supera al valor del dinero, las ganas permanecen: Victoria es jardinera de corazón.
Empezó a experimentar y pronto creó sus propios aceites, los usaba para su dermatitis, y para un dolor de articulaciones que ya se asomaba. Regalaba sus creaciones al vecino, a una tía, a su esposo y a sus hijas, a ellas un día decidió pedirles el favor de que le diseñaran unas etiquetas con el nombre de esa empresa que nacía: Taller de hierbas.
«¡Se nos creció el enano!», cuenta Manuela, una de las hijas de Victoria y Carlos. El proyecto comenzó en febrero del 2015, en mayo del mismo año notaron su verdadero potencial.
Y es que Victoria, en palabras de su hija, es una curiosa de tiempo completo. Aunque en Taller de hierbas todos aportan, es ella quien continuamente piensa nuevas ideas y productos. La condición es que estos siempre rescaten las bondades que tienen la naturaleza y las plantas para que sean amigables con el planeta.
Esa intención se refleja en el nivel de consciencia que desarrollan los integrantes de la empresa y en el profundo compromiso que le ponen a cada labor. Cada producto lo hacen como si lo fueran a usar ellos mismos.
Cuenta Manuela que en Taller de hierbas no usan plástico, solo envases de vidrio que los clientes pueden devolver para ser reutilizados. Las materias primas son de origen natural. Para ella «Es muy bonito porque estamos en sintonía con algo que es como un despertar de consciencia en todo el mundo: las personas se están dando cuenta que es momento de revisar sus hábitos de consumo».
Una empresa es bella cuando sus propósitos, sus valores y sus acciones coinciden para volverse la brújula de las conversaciones y del accionar de sus integrantes. En Taller de hierbas eso pasa.
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La belleza es un derecho
“Ni siquiera un cheque en blanco nos permitirá adquirir
mecánicamente lo que sólo puede ser fruto de un esfuerzo
individual y una inagotable pasión”.
Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil, 2013.
Una de las empresas que también me gustaría destacar en este tiempo que además del covid hay contaminación, y que hoy en día gran parte de la producción del mundo hace daño a la naturaleza es “FOU” si bien es una marca de ropa colombiana pero su objetivo principal también es colaborar con el medio ambiente trayendo a colombia la moda sostenible creando prendas amigables con la naturaleza además de que en las marquillas de esas prendas te regalan una semilla para que siembres un arbolito o una plata.
más empresas y marcas así en colombia por favor
https://fou.com.co/es/