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“El 17 de agosto es mi segundo cumpleaños”
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“El 17 de agosto es mi segundo cumpleaños”

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Una vida normal y saludable. Un escenario en el que es difícil imaginarse que una persona joven pueda desarrollar en menos de un mes una enfermedad que lo enfrente a una muerte prematura.

A Diego Fernando Flórez le ocurrió pocos días después de cumplir 30 años. Él, un administrador comercial, nunca pensó que aquellos síntomas parecidos a una gripa –que luego serían mal llamados bronquitis o neumonía– escondían el diagnóstico de una falla cardiaca.

“Tuve una falla multisistémica, me fallaron el hígado, los riñones, el sistema digestivo y estuve en un proceso muy largo hasta que se dieron cuenta de que era una cardiomiopatía dilatada. Esto significa que el corazón pierde su fuerza y yo estaba al borde de una muerte súbita”, explica.

Fue así como comenzaron 69 largos días de hospitalización. La primera misión de los médicos fue tratar de recuperar la función cardíaca, pero luego de varios intentos sin resultados, el trasplante se convirtió en la única alternativa. El 17 de agosto llegó la noticia que estaba esperando. “Los cirujanos me dijeron: ‘Diego, somos el grupo de cirujanos que te vamos a operar, te alistas ya porque nos vamos para el quirófano’. A mí solo me dio tiempo de rasurarme, despedirme de mi familia y montarme en la camilla. El 17 de agosto es mi segundo cumpleaños”, expresa emocionado.

De ese corazón no sabía nada, solo después se enteró de que era de un muchacho de 25 años que falleció por muerte cerebral producto de un accidente de tránsito y que su familia autorizó la operación. Para él, esta donación lo significó todo: “Es un ángel donante que en casa hemos bautizado ‘Daniel’ porque no sabemos su identidad, y a Daniel le damos las gracias todos los días por darme la oportunidad de vivir”.

El 29 de septiembre es el día mundial del corazón según la OMS y la Unesco.

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El valor de las pequeñas cosas

Diego no pensó que podría llevar una vida normal después de esa experiencia. Sin embargo, su realidad es más que positiva y disfruta del valor de lo simple: su cuerpo ha respondido muy bien, su familia se fortaleció, comenzó un proyecto de vida que incluye hijos junto a su novia Vanesa, regresó al trabajo, y durante el proceso de recuperación se vinculó a la Asociación Colombiana de Deportistas Trasplantados (Acode), convirtiéndose en el único trasplantado de corazón que se dedica al tenis de campo y se prepara para ser selección Colombia.

“La misión principal de la asociación es promover la donación a través del deporte y derrumbar mitos acerca de esta decisión. Por ejemplo, la gente no sabe que una sola persona puede salvar la vida de 55 más”. Por eso está convencido de que puede inspirar a otros para que donen y darles esperanza a quienes aún esperan esa oportunidad para continuar viviendo.

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