Por: Carlos Mario Pineda, crítico y profesor de cine.
El cine está ligado a las experiencias de vida de los seres humanos. En su mayoría, los espectadores que ven una película viven con los personajes aquello que les pasa y, salen de las salas con múltiples emociones: el efecto de la risa de una comedia, la tristeza de un gran drama, el efecto de la adrenalina en una película de acción, de suspenso o de terror.
Quizás las emociones más duraderas son aquellas que se asocian a las relaciones más fuertes. Una de ellas es la compasión, condición que nos obliga a pensar en el otro, a verlo como alguien que no debería pasar por eso que nos pone tristes o nos conmueve. Y con la compasión aparece también la necesidad de hacer algo para cambiar la situación del otro.
El cine ha encontrado, desde sus inicios, que los humanos al verse reflejados en la pantalla reaccionan fácilmente a eso que en la vida diaria les es familiar. Narrar actitudes como el perdón —aparejado a la posibilidad de la reconciliación— hace que los directores tengan que buscar argumentos que involucren a sus espectadores.
Invictus del director Clint Eastwood.
Por ejemplo, en Invictus Mandela borra las diferencias con un equipo de rugby integrando a sudafricanos negros y blancos. Una maestra que defiende a su estudiante problema en Conducta. Un hombre mayor que viaja muchos kilómetros en una podadora solo para ver a su hermano al que no le habla desde hace una década, en Una historia sencilla. Perdonar es un sentimiento que sana como pasa en El tiempo que queda, cuando un hombre con un tumor decide embarazar a una mujer, para que ella pueda tener ese hijo que anhela. O en Confesión a Laura donde un hombre se reconcilia consigo mismo para sentir que vale la pena empezar una nueva vida. En El reencuentro un veterano de guerra busca a sus examigos para que lo ayuden a enterrar a su hijo muerto en otra guerra. O en El enemigo donde un fiscal consuela a la madre de un sicario, porque él entiende, como padre, el dolor de perder a una hija. Estas historias demuestran que el cine puede ser una ayuda para que los seres humanos encontremos maneras de perdonar y de reconciliarnos con los demás.