Encontrar la verdad en un mundo saturado de información es una pasión para Julián. En elecciones presidenciales, como las que vivimos, intenta sembrar la semilla de la verificación en su familia.
47% de las personas de 65 años, o más, se informa a través de redes sociales, conversaciones y promoción de mensajes en espacios públicos, según el DANE.
Julián David Salazar Marín es un joven abogado a quien le encanta ir al estadio, jugar fútbol, leer y pasar tiempo con su hija.
Ya no recuerda de dónde nació su sueño de ser abogado, solo sabe que siempre tuvo un compromiso férreo por encontrar y defender la verdad. Es por eso que, mientras crecía, comenzó a sentirse contrariado con algo que le decían sus familiares: «no creas nada de lo que veas en internet» y ahora nota cómo algunos de ellos creen en todo tipo de cadenas e informaciones que llegan a sus redes sociales.
Julián sabe lo peligrosas que pueden llegar a ser las fake news o noticias falsas, pues piensa que sirven para reforzar las posiciones de las personas y que entre más se cuente una mentira, más tiende la gente a creerla. Estas ‘noticias’ son promovidas por grupos interesados en cambiar la opinión y aumentar el número de votos, en cualquier tipo de elección popular.
Durante las elecciones presidenciales del 2018, trató de alertar a su familia acerca de la calidad de la información que recibía, ante la masiva llegada de noticias a los grupos de WhatsApp. El llamado no fue bien recibido, pues confrontaba los pensamientos de sus familiares, muchos de ellos prefirieron abandonar las conversaciones, enojados con él. Esto hizo sentir mal a Julián, aunque creía estar obrando bien.
Comúnmente, se sentían cuestionados e incluso ridiculizados y, en lugar de apelar a la autocrítica y la búsqueda de información veraz, veían a Julián como un prepotente.
Para las elecciones presidenciales que se aproximan, pudo no hacer nada para no molestar de nuevo a sus seres queridos, pero prefirió explicarles en los mismos grupos de WhatsApp que no quería tener enemistades, les habló sobre este tipo de información y les dio unas claves básicas para detectarlas. Algunos seguían teniendo un poco de resistencia, pero decidieron escucharlo entendiendo que les hablaba desde el amor.
Les dijo que muchas veces juzgaban al candidato contrario por salir en un escándalo, al reunirse con personas indeseadas, pero cuando lo hacía su candidato, lo pasaban por alto. Lo más perjudicial es que muchas veces son noticias falsas y las comparten sin verificar.
No fue fácil, pero su persistencia ha dado frutos. Su serenidad ha permitido que la explicación de qué son las noticias falsas y el daño que hacen, sea aceptada por primos y hasta por algunos tíos.
Les explica que cuando se enfrentan a una noticia deben procurar dejar de lado sus pasiones, amores y odios; verificar el medio donde la encontraron, buscar en otros medios, revisar quién es el periodista y, ante todo, tratar de ser autocríticos. En el fondo, la verdad es una construcción y en toda noticia hay matices o versiones por descubrir. Para él, estar en modo sabueso es la clave para sobrevivir ante el exceso de información que hoy nos ‘infoxica’.
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