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0 Esto decía el escritor inglés de ciencia ficción Arthur C. Clarke, poco antes de morir. Tal vez pensaba en las guerras, en las bomba nucleares, en la contaminación del agua y el aire y en el calentamiento de la Tierra.
El futuro llega tan pronto que cuando uno apenas lo advierte ya es pasado. Aun así, cuando me pregunto por el futuro, me digo: sé que el 2017 no va a ser un año fácil para Colombia, ni para el mundo. Habrá más guerras, el nivel de las aguas de los océanos y la contaminación del aire seguirán aumentando, el cambio climático provocará nuevos desastres…
Sin embargo, haré todo lo que esté a mi alcance para que se consolide la frágil paz que empieza a brotar como un capullo en el árbol de la vida de mi país. Lucharé por esa paz. Le diré una y mil veces a la gente que en la guerra no hay vencedores, que todos somos perdedores porque la guerra es la peor derrota de la humanidad. También seguiré luchando en defensa de la naturaleza. La Tierra es nuestra casa y la estamos destruyendo. Haré todo lo que pueda para contribuir a salvarla.
Como a estas alturas de mi propia vida ya sembré muchos árboles, ya escribí algunos libros y ya traje a la vida dos hijos, seguiré sembrando más árboles, seguiré escribiendo más libros y continuaré luchando para que mis hijos y los suyos puedan vivir en un mundo en paz y en armonía con la madre Tierra.
Pero, como el futuro es lo que alcanzamos a un ritmo de sesenta minutos cada hora, hagamos lo que hagamos y seamos quienes seamos, por encima de todo seguiré viviendo.
En fin de cuentas, esa es la única obligación a la que no podemos renunciar los seres humanos. Y la vida, como decía John Lennon, es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes. Entonces viviré, viviré hasta el fin.
Texto: Juan José Hoyos.
