¿Cómo construir sobre lo construido y cuidar de las instituciones? Una entrevista con Juan Carlos Arenas, director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, con quien hablamos del rol de las instituciones y su valor en nuestro sistema político.
¿Cuál es el papel de las instituciones en nuestro sistema democrático y por qué podríamos valorarlas a pesar de sus fallos?
En un sistema democrático las instituciones están orientadas a regular las decisiones que toma quien nos gobierna durante un tiempo. Esta es una primera condición que las hace mucho más favorables a la libertad y al pluralismo. Otro de los componentes de esas instituciones es que le dicen a la persona que gobierna cómo debe hacerlo, le señala un procedimiento y lo regula.
Norberto Bobbio decía que todo poder tiende a desbordarse y lo que hace una sociedad democrática es tratar de contener ese desborde de los poderes.
¿Cómo podemos cuidar esa democracia cotidiana para que también, de alguna forma, tenga ciertas reglas y procesos que nos cuiden en el camino de los desacuerdos?
Hay cosas que anclan a las instituciones con la vida cotidiana, por ejemplo, el valor del pluralismo, por el que entendemos que el otro, cuando piensa distinto, no es una persona mala gente. Las personas nos vamos educando en relación con ciertos valores y principios, entendiendo su valor para la convivencia, lo que nos hace ver al otro como alguien indispensable para nuestra propia realización, sin necesidad de decretos ni leyes.
Una de las cosas más erosivas de las instituciones y de la posibilidad de mantener la democracia, es construir mensajes que crean mundos en los que todo es blanco o negro y en los que los grises no existen.
Luego de estas elecciones, ¿cómo podríamos pensar en una sociedad reconciliada para que construyamos juntos y no necesariamente para vernos desde dos bandos: ganadores y perdedores?
La primera demanda que hay que hacer es que todos seamos leales al juego democrático. Reconocerse como ganador, como perdedor en una contienda, es un asunto de lealtad al juego democrático. Todos nos presentamos bajo la regla de que quien tuviera más votos quedaba de presidente, entonces, la primera garantía es que todo el mundo reconozca los resultados.
La segunda, es que la persona que pierda tenga la confianza de que en una próxima contienda tendrá posibilidades reales de ganar, si logra crear esas condiciones para que haya una oposición leal al sistema democrático, haciendo un control político limpio. Otra acción necesaria es que la gente que tiene voz pública y los líderes políticos, manden una señal de confianza a la gente que votó por ellos, al otro día después de las elecciones, y den por definido el resultado electoral para apaciguar los ánimos.
Las elecciones siempre son una forma de canalizar la agresividad social: se arman bandos, hay cierta agresividad en el lenguaje, hace parte de ese ritual en el que ya no vamos al campo de batalla, sino que vamos a la contienda electoral y la contienda es eso, el choque. Antes, durante y después de la contienda, hay que suavizar los ánimos.