A sus 72 años, doña Sonia jamás se ha sentido sola.
Sonia no se sintió sola hace 26 años cuando se separó de su único marido, de quien conserva el apellido; ese día decidió partir hacia Medellín. Tampoco cuando su hija, la del medio, se mudó a Costa Rica, ni cuando la mayor, hace más de 12 años, se fue a vivir a Estados Unidos. Quedaba uno, el menor, quien años más tarde decidió casarse.
Dice que sería egoísta sentirse triste por la felicidad de sus hijos. Por eso, desde ese día decidió rehacer su vida. Construyó un refugio en casa, se trata de su patio, allí está su jardín, una mesita para poner su computador y el lugar donde reza, recibe aire fresco y mucha luz. «Yo amo esta casa, puedo sentirla, la siento como mi mansión» afirma.
A veces, reconoce, siente un vacío en el pecho. Razón por la cual visitó a su médico. Ese día entendió que, aunque es fuerte, también extraña los abrazos y la compañía. Un dolor que refleja en su cuerpo. Cuando siente que la tristeza aparece, «desbarata la casa», cambia las cosas de lugar, abre las ventanas para que entre el sol, escucha música o saca a Grachi, su mascota, a la que rescató en un viaje.
La distancia física no es sinónimo de distancia emocional. A sus 72 años lo sabe porque, aunque todos estén lejos e incluso algunos no se conozcan en persona, el contacto constante con sus hijos, nietos y nuevos bisnietos le recuerdan el amor familiar.
Hace poco, su nieta, le regaló un iPad para cambiar el viejo computador de escritorio, ya cumplía 10 años de uso. Está feliz, apenas lo está aprendiendo a utilizar. Todos los días a las ocho de la mañana se conecta en videollamada, ya le sale natural, para que sus hijas se rían de su pelo que ha crecido en cuarentena o para esperar los primeros pasos de la bebé de la familia, se llama Mía.
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En soledad… armamos y amamos nuestro refugio.
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¿Qué te ha enseñado la soledad?
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Revisado por Ojo de lupa editores
Ya lei el articulo sobre Angela E de Isaza.
Retrata su vida y su manera de vivir que es increible.
Lo digo asi, porque ella es no solo mi cuñada, sino una hermana que me quiso regalar la vida.
Carmenza Isaza.
¿que te ha enseñado la soledad?
me ha enseñado a ser más objetiva, es un tiempo que hay que aprovechar y conseguir las metas propuestas, la soledad también me enseño a meditar y relajar el cuerpo, a cambiar pensamientos negativos por positivos, a planear mi vida, buscar alternativas, preparar ideas tomando iniciativas y estar mejor preparada para realizar lo que deseo.