Vivir la ausencia repentina de un compañero de trabajo es una experiencia que une a las personas que laboran juntas y las hace iguales frente a la realidad de la muerte. Este es un tema que también tiene cabida en el entorno empresarial, pues reconocer la pérdida dentro de los equipos de trabajo y reflexionar frente a ello, es asimilar que la historia debe seguir construyéndose.
Conversamos con María Clara Vélez, Trabajadora social, terapeuta de familia, miembro del grupo de Dolor y Cuidados Paliativos de la UPB. Esta entidad cuenta con programas que tienen como fin la formación profesional en pro de la disertación y discusión acerca del sentido de la muerte y la tarea que implica el acompañamiento de los dolientes.
¿Por qué es importante educar sobre la muerte?
En general no sabemos qué hacer, ni qué decir cuando alguien cercano se muere. Educar sobre la muerte no pretender evitar el dolor, es imposible dejar de sentirlo, pero hacerlo nos permite ampliar la consciencia sobre ella como un hecho inevitable que hace parte de la vida. Esta formación es importante porque ayuda a disminuir los temores que tenemos de hablar de ese tema, de cómo asumirla y afrontarla.
¿Por qué en la UPB le apuestan a la enseñanza sobre este tema?
Porque creemos que así contribuimos a la transformación y a la innovación social, y de esta manera respondemos a las necesidades y problemas de la población; además, proponemos un cambio cultural.
Las actividades que realizamos pretenden educar a la comunidad en temas como cuidados compasivos, para que aprendamos a cuidar unos de otros y, a la vez por medio de estos programas, buscamos articular el trabajo que realizan otras organizaciones.
¿Cómo se implementa en las empresas los procesos de duelo?
Asumiendo que el duelo es natural ante una pérdida, intentando vivirlo de una manera sana, comprendiéndolo en los demás y pensando qué hacer y qué decir en esos momentos. También podemos crear un espacio para hablar de la muerte con el fin de transformar las barreras que perpetúan la idea de que somos inmortales. Existe un movimiento en el mundo que se llama El café de la muerte, en donde alrededor de un café, las personas conversan sobre este tema.
Finalmente, una buena idea es construir redes internas de apoyo entre compañeros para determinar cómo se pueden ayudar en esos momentos: si con una llamada, tomarse una aromática, hacer alguna diligencia, sacar el perro, comprar un mercado o en las tareas cotidianas.
“La formación en este tema promueve un cambio cultural, así como la compasión, que usualmente es entendida como lástima hacia al otro, cuando en realidad, es la actitud empática que me lleva a hacer algo por el que está sufriendo”.
María Clara Vélez, Trabajadora social.
“Nadie lleva la cuenta de las horas ni a nadie le preocupan como van amontonándose los años. Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una esperanza”.
Luvina, Juan Rulfo.
Muy interesante los temas que se tratan en este medio?.