Los niños quieren ser granjeros, astronautas, viajar en un submarino, tener un unicornio y hacer hechizos con sus amigos. Tienen la facultad de imaginar mundos increíbles, escenarios que nos hacen dudar si son realidad o son producto de la capacidad que tienen de recrear mentalmente sucesos.
Los cuentos que ellos cuentan son maravillosos y quienes los escuchan disfrutan de sus grandiosas aventuras de piratas, de castillos y de princesas. Pero ¿de dónde sacan esas historias? De la literatura infantil.
Pero “Había una vez” es una palabra que ya pocas veces se escucha en casa y es que aquella imagen, la de los padres leyendo cuentos a sus hijos antes de dormir, parece convertirse en una clásica escena de televisión ajena de la realidad. Sin embargo, leer a los niños es una de las actividades más importantes que los padres pueden hacer por ellos.
Sebastián García López es el papá de Emilio López, de 4 años, cuenta que cuando asistían a los cursos de estimulación temprana les recomendaron hacer lecturas con el niño. Al inició, buscaron libros con poco texto, pero con muchas imágenes que podían referenciar fácilmente animales y colores. Luego, Emilio fue quien pidió otro tipo de cuentos.
“Empezamos a leer con Emilio desde que era bebé y creo que eso influyó mucho en que el desarrollo del lenguaje fuera fluido y temprano. Este proceso fue y es maravilloso y es que él no se queda con en el cuento que estamos leyendo, sino que se imagina otros personajes y completa las historias a su modo. Antes, leíamos los textos de forma literal y ahora dejamos abierta la posibilidad de que el complete la historia y así crea infinidades de finales con la misma historia, con más personajes, con más lugares, con más situaciones. Sin duda le ayuda en su creatividad”, dice Sebastián.
(Lee también: Los beneficios de leer).
El poder de la literatura infantil
María del Sol Peralta, pedagoga, escritora y artista, con especialización en música y literatura para niños, afirma que “al leerle a los niños podemos tener la certeza de que las palabras transmitidas se convertirán en su herramienta más potente a la hora de encontrar soluciones a los dilemas cotidianos que ofrece la vida. Además, la lectura en familia es para reconocernos en cada palabra y saber que las voces de los escritores también representan la voz de nuestros ancestros y así, recorremos nuestras huellas históricas y culturales”.
Para Adriana Eusse, madre de una niña de cuatro años y de un bebé de doce meses, la lectura es un hábito familiar. “En mi casa nadie se duerme sin que se lea el cuento. Me encanta ver cómo mis hijos disfrutan de ese momento. Mi hija ama sus libros, todos los días se sienta a ‘leer’ y también le lee a su hermano”.
Los libros, esas cajas mágicas llenas de palabras e historias tienen la capacidad de hacer que aflore en niños y adultos la creatividad, el pensamiento crítico, el desarrollo de funciones cognitivas además de abrir un mundo de posibilidades. De colores, matices y culturas.
La lectura es, entonces, una labor familiar de preparación, de pasión, de amor y de construcción de saberes y vínculos con efectos positivos a mediano y largo plazo.
Beneficios de leerles a los niños
- Estimula la creatividad, la imaginación y la inteligencia.
- Introduce nuevas palabras a su vocabulario mejorando su capacidad verbal y su habilidad comunicativa.
- Mejora la concentración.
- Genera inquietudes e intereses.
- Aumenta la capacidad de escucha.
- Desarrolla el sentido crítico.
- Crea alternativas a la hora de divertirse.
- Fortalece el vínculo padre/hijo.
Buena idea
Que asistas a la presentación del libro número 96 de Palabras Rodantes: Grandes clásicos para niños y jóvenes. Comfama y el Metro de Medellín te esperan este miércoles 17 de octubre, a las 6:30 de la tarde, en Auditorio San Ignacio de Comfama.