Entre cuadros, pinturas, dos pianos de cola, muebles coloridos y numerosos ventanales por los que la luz se abre paso, así transcurren los días en el hogar de Teresita Gómez.
Este también es el lugar para el estudio, la meditación y el crecimiento, porque su espíritu joven se refleja en sus ojos, en su amplia sonrisa y en su manera de tocar obras que son viejas amigas, y que sigue redescubriendo con sus dedos cada vez que las interpreta.
Pensionada hace algunos años, se mantiene activa haciendo lo que le gusta: “Mi rutina la escojo yo, tengo unos alumnos porque sigo perteneciendo a mi universidad, pero ya como profesora de cátedra. Lo demás lo reparto para mí, es el momento de estudiar lo que me gusta, de investigar sobre lo que quiero. Ojalá la vida me permita viajar un poco más porque creo que es conocimiento. Yo siempre he pensado que uno debe morir de vida, no morirse antes de tiempo”.
Aún recuerda la niña que fue, la misma que a los tres años y medio se sentó por primera vez frente a un piano y nunca más se alejó de él. Hoy, luego de 60 años de vida artística, sabe que no se equivocó en su elección. “Eso significa como mucho tiempo ¿no?, aunque yo no lo he sentido. A veces digo: ‘¡Huy!, yo tengo tantos años…’, pero tampoco fundé a Medellín, ni soy mayor que Débora Arango, como me lo han dicho”, expresa y suelta una carcajada.
Es con ese humor, entusiasmo y jovialidad como concibe la vida y los cambios. Por eso no para y el estudio sigue siendo una actividad sagrada. “Cuando uno va avanzando en edad debería estudiar más porque las articulaciones se ponen más pesadas. Todas las proezas que uno hacía joven a lo mejor ya no las puede hacer, pero se gana en interpretación, profundidad y en conocimiento de la obra”.
Con la meditación ha podido descubrir nuevas facetas de sí misma: que tiene mucha alegría para vivir, que tiene muchos deseos de seguir y llevar a otras personas adelante en la música para que puedan sortear los obstáculos, para que se abran a la vida.
Por eso el retiro no está entre sus planes y espera que la música la acompañe un tiempo más. “Lo seguiré haciendo hasta que pueda, hasta que esté clara mentalmente y mis dedos funcionen. Quiero estar así mientras uno siga tan motivado como cuando era niño, y llegará el momento en que tocará retirarse, pero todavía no”, enfatiza.
Más allá de las lecciones, quiere sembrar en sus estudiantes el amor por lo que hacen. “Yo trato de que se enamoren porque la carrera no es fácil, hay obstáculos, y yo también tuve dificultades. Si uno está enamorado de lo que hace los inconvenientes desaparecen y se pueden vencer, siempre y cuando haya un deseo muy fuerte, y si uno le pone corazón a lo que hace. Ahí está el secreto”.
Mientras continúa aprendiendo de la vida, de la música y de ella misma, dice que le queda faltando prepararse para morir, “porque para la muerte hay que prepararse, y prepararse es vivir el aquí y el ahora”.
El piano y Teresita. “Ha sido la columna vertebral de mi vida porque empecé a los tres años y medio. Desde niña me veo ante un piano y la música me hizo buscar la literatura, la pintura y más que la religión, la espiritualidad, que abarca todas las religiones, y lo abarca todo”.
Hola. Soy artesana hace mucho tiempo, hago cosas hermosas pero nunca he podido salir adelante con mi arte. Me gustaría que me ayudaran. Gracias y bendiciones.
Asi es Teresita Gómez simple, simpática, dulce, alegre, sensible; la mujer que tiene energía para todos, a nadie le niega nada, un ratico, un saludo, un compartir un baile, una frase, un traguito, un tango, un concierto, ES LA MUJER TODO AMOR.
Siempre he querido tener mi empresa de artesanías. Como puedo empezar.